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elaleph.com foros de discusión literaria
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Exidor Miembro Decano

Registrado: 26 Nov 1999 Mensajes: 14920
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Publicado: Mar May 28, 2019 10:13 Asunto: |
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Oh
Está nevando y la muerte me molesta
tan testaruda como el insomnio.
Las burbujas feroces de tiza,
las lesiones menores blancas
se instalan sobre la calle afuera.
Está nevando y la mujer de
noventa años que se estaba peinando
su pelo largo blanco fantasmal
se ha ido, embalsada incluso ahora,
incluso esta noche sus brazos son mosquetes
suaves a su lado y nada ella emana
salvo su última palabra - “Oh”. Sorprendida por la muerte.
Está nevando. Puntos de papel
caen de la agujereadora.
¿Hola? ¡La señora Muerte está aquí!
Ella sufre de acuerdo a las cifras
de mi odio. Oigo los filamentos
del alabastro. Me acostaría
con ellos y levantaría mi locura
como una peluca. Me acostaría
afuera en una habitación de lana
y dejaría que la nieve me cubra.
París blanco o copo blanco
o argentino, todo en el lavamanos
de mi boca, llamando, “Oh”.
Estoy vacía. Soy estúpida.
La Muerte está acá. No hay
otro acuerdo. ¡Nieve!
¡Ve la marca, la cicatriz, la cicatriz!
Mientras tanto sirves té
con tus manos buenmozas y amables.
Después deliberadamente sacas tu
dedo índice y lo apuntas a mi sien,
diciendo, “¡Puta suicida!
Me gustaría agarrar un sacacorchos
y sacar para afuera todo tu cerebro
y así nunca jamás volverás”.
Y cierro mis ojos sobre el té
humeante y veo a Dios abriendo sus dientes.
“Oh”. Él dice.
Veo a la nena dentro de mí escribiendo, “Oh”.
Oh, querida, no por qué.
Madre e hija
Linda, estás dejando
tu cuerpo viejo ahora.
Yace plano, una mariposa vieja, todo brazos,
todo piernas, todo alas, suelto como un vestido viejo.
Extiendo mi mano pero mis dedos se vuelven
llagas y yo soy calor materno y gastado.
Al igual que tu niñez está gastada.
Te pregunto sobre esto y sostienes tus
perlas. Te pregunto sobre esto
y pasas por delante de ejércitos. Te pregunto sobre esto -
con tu reloj grande andando,
sus manecillas más anchas que las pajitas- y coserás
un continente.
Ahora tienes dieciocho
Te di mis nalgas, mis despojos,
mi Madre & Co. y mis dolencias.
Te pregunto sobre esto
y no vas a saber la respuesta -
el bozal en tu boca,
la tienda esperanzada de oxígeno, los tubos,
los senderos, la guerra y el vómito de la guerra.
Sigue, sigue, sigue,
cargando recuerdos para los chicos, cargando
polveras para los chicos, mi Linda, sangre para
el derramamiento de sangre.
Linda, estás dejando
tu cuerpo viejo ahora.
Me vaciaste los bolsillos y juntaste
todas mis fichas de poker y me dejaste vacía y
como el río entre nosotras se angosta, haces calistenia,
ese semáforo femenino de piernas largas.
Te pregunto sobre esto
y me vas a coser una mortaja y seguirás con la parrilla
del lunes y sacarás con el pulgar las tripas de la gallina.
Te pregunto sobre esto y verás mi muerte
babeando en estos labios grises
mientras, mi ladrona, comerás fruta y
pasarás el resto del día.
Jesús levanta a la prostituta
La prostituta se agachó
con sus manos sobre su cabello rojo.
Ella no estaba buscando clientes.
Ella tenía mucho miedo.
Un cuerpo delicado vestido de rojo,
tan rojo como un puño destrozado
y ella estaba sangrante también
porque la gente del pueblo estaban tratando
de apedrearla hasta la muerte.
Las piedras se le acercaron como abejas al caramelo
y la dulce colorada prostituta que ella era
gritaba, nunca, nunca.
Rocas volaron hacia su boca como palomas
y Jesús vio esto y pensó en
exhumarla como un funerario.
Jesús sabía que una enfermedad terrible
vivía dentro de la prostituta y que Él podía abrirla
con Sus dos pequeños pulgares.
Él levantó Su mano y las rocas
cayeron al suelo como donas.
De nuevo Él alzó Su mano
y la prostituta fue a besarlo.
Él la abrió dos veces. En el acto.
Él la abrió dos veces en cada pecho,
empujando Sus pulgares hasta que la leche paró,
esos dos forúnculos de prostitución.
La prostituta lo siguió a Jesús como un cachorro
porque él la había levantado.
Ahora ella renunció a sus fornicaciones
y se convirtió en su mascota.
Que él la haya levantado la hizo sentir
como una nena de nuevo como cuando ella tenía un padre
que le sacaba la tierra de los ojos.
De hecho, ella se aferró a sí misma,
sabiendo que le debía la vida a Jesús,
tan seguro como una carta ganadora.
Anne Sexton
El libro de la locura
Caleta Olivia
Buenos Aires, 2019
Traducción de Noelia Torres |
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Sol Miembro Senior

Registrado: 26 Dic 2001 Mensajes: 4203 Ubicación: Argentina
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Publicado: Mar May 28, 2019 13:17 Asunto: |
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Hola, Exidor.
Y gracias por compartir estos poemas de Sexton.
Saludos. |
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Exidor Miembro Decano

Registrado: 26 Nov 1999 Mensajes: 14920
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Publicado: Lun Sep 23, 2019 10:50 Asunto: |
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Repetido... volveremos... |
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Exidor Miembro Decano

Registrado: 26 Nov 1999 Mensajes: 14920
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Publicado: Mie Oct 23, 2019 10:10 Asunto: |
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La vida no es fácil. Es terriblemente solitaria. Yo lo sé. Ahora tú también lo sabes (…) Sé tu misma. Entrégate a los que amas. Háblale a mis poemas y háblale a tu corazón, yo estoy en ambos: si me necesitas...
Anne Sexton
Carta a su hija. |
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Sol Miembro Senior

Registrado: 26 Dic 2001 Mensajes: 4203 Ubicación: Argentina
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Publicado: Jue Oct 24, 2019 19:16 Asunto: |
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Cuánto dolor y cuánta verdad en sus palabras. Si lo sabré yo...por suerte está la familia, los amigos, aquellos resquicios de luz donde ampararnos, las letras, y nuestra voz, nuestra voz propia si es que juntamos el coraje de escucharla y hacerla oir. |
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Exidor Miembro Decano

Registrado: 26 Nov 1999 Mensajes: 14920
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Publicado: Jue Mar 05, 2020 10:07 Asunto: |
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Querer morir
Ya que preguntas, la mayoría de los días no puedo recordar.
Camino en mis vestidos, sin marcas del viaje.
Luegoel casi innombrable deseo regresa.
Aún así no tengo nada contra la vida.
Conozco bien las briznas de hierba que mencionas,
los muebles que has puesto bajo el sol.
Pero los suicidas tienen un lenguaje especial.
Como los carpinteros quieren saber con qué herramientas.
Nunca preguntan por qué construir.
Dos veces me he declarado con simpleza,
he poseído al enemigo, me he comido al enemigo,
me he apropiado de su arte, de su magia.
De esta forma, pesada y pensativa,
más tibia que el aceite o el agua,
he descansado, babeando por el orificio de la boca.
No pensé en mi cuerpo frente al filo de la aguja.
Hasta la córnea y las sobras de orina habían desaparecido.
Los suicidas han ya traicionado el cuerpo.
Nacidos muertos, no siempre mueren,
pero encandilados, no pueden olvidar una droga tan dulce
que hasta los niños sonreirían al mirarla.
¡Empujar toda esa vida bajo tu lengua!—
eso, por sí mismo, deviene en pasión.
La muerte es un hueso triste; magullado, dirías,
y, sin embargo, me espera año tras año,
para tan delicadamente deshacer una vieja herida,
para vaciar mi aliento de su prisión terrible.
Balanceándose allí, los suicidas a veces se encuentran,
furiosos con el fruto, una luna hinchada,
dejando el pan que confundieron con un beso,
dejando la página del libro descuidadamente abierta,
algo sin decir, el teléfono descolgado
y el amor, lo que sea que haya sido, una infección.
Wanting to Die
Since you ask, most days I cannot remember.
I walk in my clothing, unmarked by that voyage.
Then the almost unnameable lust returns.
Even then I have nothing against life.
I know well the grass blades you mention,
the furniture you have placed under the sun.
But suicides have a special language.
Like carpenters they want to know which tools.
They never ask why build.
Twice I have so simply declared myself,
have possessed the enemy, eaten the enemy,
have taken on his craft, his magic.
In this way, heavy and thoughtful,
warmer than oil or water,
I have rested, drooling at the mouth-hole.
I did not think of my body at needle point.
Even the cornea and the leftover urine were gone.
Suicides have already betrayed the body.
Still-born, they don’t always die,
but dazzled, they can’t forget a drug so sweet
that even children would look on and smile.
To thrust all that life under your tongue!—
that, all by itself, becomes a passion.
Death’s a sad bone; bruised, you’d say,
and yet she waits for me, year after year,
to so delicately undo an old wound,
to empty my breath from its bad prison.
Balanced there, suicides sometimes meet,
raging at the fruit a pumped-up moon,
leaving the bread they mistook for a kiss,
leaving the page of the book carelessly open,
something unsaid, the phone off the hook
and the love whatever it was, an infection.
La adicta
Traficante de sueño,
traficante de muerte,
con cápsulas en las palmas cada noche,
ocho a la vez, provenientes de dulces frascos
farmacéuticas
hago arreglos para el pequeño viaje.
Soy la reina de esta condición.
Soy una experta haciendo el viaje
y ahora dicen que soy una adicta.
Ahora me preguntan por qué.
¡POR QUÉ!
¡Es que acaso no saben que prometí morir!
Estoy conservando la práctica
Estoy simplemente manteniéndome en forma.
Las pastillas son como una madre, pero mejor,
de todos los colores y tan buenas como caramelos agrios.
Estoy a dieta de muerte.
Si, lo admito
Se ha convertido en una especie de hábito—
aspirar ocho a la vez, golpeando el ojo,
llevada lejos por las rosas, las naranjas,
las verdes y las blancas buenasnoches.
Me estoy convirtiendo en una especie de mezcla
química.
¡Eso es!
Mi provisión
de pastillas
tiene que durar por años y años.
Me gustan más de lo que me gusto.
Es una especie de matrimonio.
Es una especie de guerra donde siembro bombas
dentro de mí misma
Sí.
Intento
matarme en pequeñas cantidades,
una ocupación inocua.
La verdad, estoy obsesionada con ello.
Pero recuerda que no hago demasiado ruido
y, francamente, nadie ha tenido que arrastrarme
y no me quedo ahí parada en mi mortaja.
Soy un pequeño botón de oro¹ en mi camisón amarillo
comiéndome mis ocho hogazas en fila
y en cierto orden, como en
la imposición de manos²
o el sacramento negro.
Es una ceremonia
pero como cualquier otro deporte
está llena de reglas.
Es como un partido de tenis musical
en el que mi boca sigue atrapando la pelota.
Luego me acuesto en mi altar
elevado por ocho besos químicos.
Qué entrega es esta
con dos rosas, dos naranjas,
dos verdes, dos blancas buenasnoches.
Fee-fi-fo-fum³,
Ahora estoy tomada.
Ahora estoy adormecida.
The addict
Sleepmonger,
deathmonger,
with capsules in my palms each night,
eight at a time from sweet pharmaceutical bottles
I make arrangements for a pint-sized journey.
I’m the queen of this condition.
I’m an expert on making the trip
and now they say I’m an addict.
Now they ask why.
WHY!
Don’t they know that I promised to die!
I’m keping in practice.
I’m merely staying in shape.
The pills are a mother, but better,
every color and as good as sour balls.
I’m on a diet from death.
Yes, I admit
it has gotten to be a bit of a habit-
blows eight at a time, socked in the eye,
hauled away by the pink, the orange,
the green and the white goodnights.
I’m becoming something of a chemical
mixture.
that’s it!
My supply
of tablets
has got to last for years and years.
I like them more than I like me.
It’s a kind of marriage.
It’s a kind of war where I plant bombs inside
of myself.
Yes
I try
to kill myself in small amounts,
an innocuous occupatin.
Actually I’m hung up on it.
But remember I don’t make too much noise.
And frankly no one has to lug me out
and I don’t stand there in my winding sheet.
I’m a little buttercup in my yellow nightie
eating my eight loaves in a row
and in a certain order as in
the laying on of hands
or the black sacrament.
It’s a ceremony
but like any other sport
it’s full of rules.
It’s like a musical tennis match where
my mouth keeps catching the ball.
Then I lie on my altar
elevated by the eight chemical kisses.
What a lay me down this is
with two pink, two orange,
two green, two white goodnights.
Fee-fi-fo-fum-
Now I’m borrowed.
Now I’m numb
NOTAS
¹ Buttercup en el original: flor amarilla.
² Práctica religiosa.
³ Primer verso de Jack y las habichuelas mágicas de Joseph Jacobs (1890).
Tomados de BUENOS AIRES POETRY |
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Exidor Miembro Decano

Registrado: 26 Nov 1999 Mensajes: 14920
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Publicado: Mie Mar 15, 2023 10:29 Asunto: |
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CONSEJOS PARA UNA PERSONA ESPECIAL
Cuídate del poder,
Su avalancha puede enterrarte,
Nieve, nieve, nieve, sofocando tu montaña.
Cuídate del odio,
Puede abrir su boca y saltarás
A comerte tu pierna, un leproso instantáneo.
Cuídate de los amigos,
Porque cuando los traiciones,
Como lo harás,
Meterán sus cabezas en el inodoro
Y bajarán la palanca.
Cuídate del intelecto,
Sabe tanto que no sabe nada
Y te deja colgando boca abajo,
Articulando sabiduría
Mientras el corazón se te sale por la boca.
Cuídate de los juegos, de actuar,
Del discurso programado, sabido, pronunciado,
Porque te delatarán
Y te quedarás de pie como un niño desnudo,
Orinándote en tu propia cama.
Cuídate del amor
(A menos que sea verdadero, y cada parte de ti diga sí,
incluyendo los dedos de los pies)
te envolverá como una momia,
no se oirán tus gritos
y no pararás de correr.
¿El amor? Sea hombre. Sea mujer.
Debe ser una ola en la que deseas deslizarte,
Entregar tu cuerpo, tu risa,
Entregar, cuando la arena te tome,
Tus lágrimas a la tierra. Amar a otro es algo
Como una oración y no puede planearse, simplemente
Caes en sus brazos porque creer deshace la incredulidad.
Persona especial,
Si fuese tú no le prestaría atención
A mis consejos,
Creadas un poco a partir de tus palabras
Y de las mías.
Una colaboración.
No creo una sola palabra de lo que he dicho,
Excepto algunas, pienso en ti como un árbol joven
Con hojas pegadas y sé que echarás raíces
Y entonces el verdor real llegará.
Déjate ir. Déjate ir.
Oh persona especial,
Hojas posibles,
A esta máquina de escribir le agradas,
Pero quiere romper vasos de cristal
En celebración
Por ti,
Cuando deseches la oscura corteza
Y flotes
Como un globo.
Traducción: Giselle Rodriguez Cid |
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