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elaleph.com foros de discusión literaria
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Agustín Javier Miembro Senior

Registrado: 26 Dic 2005 Mensajes: 1356
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Publicado: Mie Jul 30, 2008 21:57 Asunto: |
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A un espejo de peluquería
Pregunta dónde están, en qué otro espejo,
en qué otra ventana con geranios,
en qué otro verano con gaviotas
en qué calle con nombre de patricia olvidada,
los rostros de las gentes que reflejó su luna
y un día no volvieron.
Y yo me vi una vez un año diferente,
allí; un telón barroco de patio perfumado
y una sombra fugaz en la cocina oscura.
Ahora esa imagen presa de las profundidades
del espejo terrible
vagará, la perdida,
entre tantas imágenes que fueron.
¡Cara del tiempo, azogue, devorador de sombras!
El país de la lluvia y la distancia
Todo esplendor termina, las grandes voces callan,
se agosta el verdemar de las praderas
pero aquello mas hondo y entrañable que fue
perdurará en la memoria inapelable,
allí donde el poema impreciso vigila
esperando que vuelvan los dioses del destierro.
Pues también la memoria tiene sus avenidas
de luces silenciosas y esquinas recoletas
y su orilla pasando por el hilo del sueño.
El olvido se cansa de llamar a su puerta.
El zaguán es quien vela mientras la casa duerme.
Hubo un en la infancia, y el recuerdo
puso una vez allí su magnolia foscata
y en la puerta cancel yo dibujé una tarde
el país de la lluvia y la distancia. |
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samsa Miembro Senior

Registrado: 14 Nov 2003 Mensajes: 6825 Ubicación: Cuando no ando en las nubes, ando como perdido
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Publicado: Sab Ago 02, 2008 21:09 Asunto: |
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Mi favorito:
Una tarde por el ancho rumor de Montparnasse
por ese aire de provincia tan confianzudo y claro
-cada ventana paga su pedazo de sol con una canción,
anduve bebiendo el buen vino rojo y alegre como
una canción,
rojo y alegre como una revolución.
Y entonces, pensé: ¿qué haré ahora de mi vida?
Tengo dos amigos, un saxofonista y un vendedor
de globos.
Ellos me han dicho: viene el invierno y eso
es terrible.
Los gatos se calientan al sol pero un hombre
necesita
de la buena lumbre, de la buena carne y de la
mujer
siquiera dos veces a la semana.
Algunas mujeres me han detenido en Montmartre
pero me piden cigarrillos y cien francos
y yo solo puedo darles ágiles besos casi inéditos
y hablarles de mi país sin que ellas me
comprendan
y decirles que Blanca Luz está en Méjico
sin que ellas me pregunten quién es Blanca Luz.
Una noche bajo la vieja luna de París degollada
en los techos
-la luna que alumbra a los enamorados y a los cobardes-
yo vi cómo en un alto balcón
se amaban un muchacho y una muchacha.
Vengo de Buenos Aires, digo a mis amigos desconocidos,
de Buenos Aires que es tres veces más grande que París
y tres veces más pequeña.
Y aunque mi sombrero y mi corbata y mi espíritu canalla
sean productos perfectamente europeos
soy triste y cordial como un legítimo argentino.
Diría: soy un pobre muchacho abandonado aquí
como una valija rotulada en todas las aduanas del mundo
y quisiera irme al Turkestán porque Turkestán
es una bonita palabra
y mi amigo Michel Berboff nació en Turkestán.
Pero si yo pudiera llevar a la práctica algo que
hace días reflexiono:
¡Ponerme a gritar sobre la Torre Eiffel con afilados gritos
para que venga una mujer y me ame!
¿Conocen ustedes el Neuquén?
Allí hay cabañas de troncos de árboles
y pulperías en donde venden conejillos y libros de Maurice Dekobra.
¿Y Tucumán? En Tucumán solo puede buscarse
la noche en los ojos de sus
mujeres y las guitarras de sonoras y floridas parecen patios.
¿Y Mendoza? En Mendoza los niños saben cantar
porque han nacido al borde de las acequias.
¿Y La Rioja? Yo anduve por ahí adolescente y
barbudo como un gitano
y gané una elección con cincuenta pesos y una vaca,
absorto, como Buster Keaton.
¿Y Santa Fe? En Santa Fe viví treinta días en un convento
con ocho frailes franciscanos que iban doblándose
hacia el suelo.
Los duendes venían hasta mi cuarto trayéndome
briznas de sol
y por la noche se ocultaban en las hornacinas
para hacerles señas a los perros sin dueño y a los
viajeros extraviados.
Nosotros tenemos además estaciones abandonadas,
pozos de petróleo
y escuelas rurales, como en los cuentos de Bret Harte.
Pero lo que no tenemos es la alegría verdaderamente
constante,
la risa verdaderamente pura,
el corazón verdaderamente libre.
Y no se hable de mi corazón.
Yo quisiera
anunciar la función de los circos
dando puñetazos a las estrellas rojas.
Yo quisiera escupir los vidrios de un expreso de lujo
para que rabien los millonarios.
Yo quisiera interrumpir todas las comunicaciones telefónicas
para ver si encuentro una palabra, una sola
palabra para mí
y abrir toda la correspondencia del mundo por
ver si alguien
una sola persona tiene un recuerdo, un solo
recuerdo para mí.
Yo quisiera explotar una bomba, derrocar un gobierno,
hacer una revolución con mis manos amigas del
cristal, de la luz,
de la caricia
-destruir todas la tiendas de los burgueses
y todas la academias del mundo-
y hacerme un cinturón bravío de rutas
inverosímiles como Alain Gerbault
para que venga Blanca Luz y me ame. |
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Kokeshita Miembro Principiante

Registrado: 13 Jul 2009 Mensajes: 1 Ubicación: Buenos Aires
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Publicado: Lun Jul 13, 2009 16:36 Asunto: |
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Estoy estudiando a Tuñón, sobre todo La calle del agujero en la media, Todos bailan y La rosa blindada
Soy nueva en el foro, pero dejo uno de los poemas que a mí más me gustan.
Imágenes de las ventanas (En La calle del agujero en la media)
Las graciosas ventanas que yo amo. Con visillos de colores
vivos sujetos a la mitas, esos visillos con cadera como los relojes de
arena.
Un niño, lo primero que ve, lo primero que siente y descubre, lo que le
trae vibración de sonido y de color, revelación de luz, es una ventana.
Pero yo amo las ventanas de Francia, en barrios iguales ventanas
iguales, y tan distintas, como un colegio de huerfanitas uniformadas.
Yo amo las chimeneas y las ventanas. Pero otro día cantaré para
aquéllas, uno de esos días en que solemos levantarnos con el corazón
alegre y las manos sucias de los deshollinadores.
Ahora quiero hablar de las ventanas de Francia.
Porque la ventana italiana es grosera y gesticulante, ruidosa y multicolor.
Porque la ventana andaluza es recatada, hipócrita, alevosa, y enfermiza
e inútil sin el rostro de una mujer.
Porque la ventana inglesa es medrosa como una cancel de convento y
las novias suelen utilizarla para ir en busca de hombres y del autobús
entre la niebla y jamás los mendigos se acercan a ella.
Porque la ventana escandinava tiene dobles cristales perpetuamente
húmedos y jamás un niño escribe con el dedo el nombre de su maestra o
el de un duende conocido.
Porque la ventana rumana es una ventana de conspiración desde donde
unos hombres con bigote de alambre arrojan papeles inútiles a la calle.
Porque la ventana brasileña es verde, amarilla y chillona, como la jaula
de una cotorra.
Porque la ventana rusa es dolorosa, retorcida, penitente, como el alma
del pueblo ruso.
Porque la ventana argentina tiene algo de fonógrafo, algo demasiado
doméstico y vulgar.
Pero la ventana de Francia es alegre y cordial y en ella quedan bien, ya
el rostro de una mujer, ya la naricita de un niño apretada contra el
cristal, ya el perfil de un hombre de bien que fuma tranquilamente su
pipa después de haber arreglado la cuenta al especiero.
Pero la ventana de Francia, la ventana que yo canto y quiero, es risueña,
limpia y graciosa y cualquier trapito, como a la mujer francesa, le queda
bien.
Pero la ventana de Francia, la ventana que yo canto y quiero, es algo así
como un 14 de Julio, a plazos, alegre, amiga, dicharachera. Y cuando se
fatiga demasiado se pone a meditar, como un soldadito sobre su tambor.
Me encanta. Como decían antes, habla de las cosas simples, conmueve porque no necesita de "los grandes temas de la literatura".
Otra que me gusta mucho es "La libertaria" en La rosa blindada. |
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Agustín Javier Miembro Senior

Registrado: 26 Dic 2005 Mensajes: 1356
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Cujo Miembro Principiante

Registrado: 09 Sep 2015 Mensajes: 2 Ubicación: Barracas
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Publicado: Mie Sep 09, 2015 09:07 Asunto: |
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Veo que somos varios los que le seguimos el rastro a este maestro.
Lo conocí gracias al disco del "Cuarteto Cedrón", en el que además se lo puede escuchar, entre tema y tema, contando hermosas anécdotas.
Su paso por el diario Crítica, un viaje a Brasil en barco a principio de los años 30 en el que conoce a Gardel, y su profunda admiración por Carlos de la Púa y Nicolás Olivari, quienes fueran además colegas en el diario.
Su obra está colmada de información y es tan descriptiva como una pintura.
-Tenía unos pocos sueños iguales a los sueños
que acarician de noche a los niños dormidos-.
Tenía el resplandor de una felicidad
y veía mi rostro fijado en las vidrieras
y en un lugar del mundo era un hombre feliz.
Me faltaría poder leer alguna edición de la revista "Contra", ya que no he podido dar con ninguna.
¡Muy bueno el post!. |
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