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Raúl González Tuñon


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Clio
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Registrado: 15 Jul 2006
Mensajes: 5735
Ubicación: Ciudad Aut. de Bs. As., Argentina

MensajePublicado: Sab Jul 26, 2008 10:32    Asunto: Responder citando

navegante escribió:
Clio escribió:
Holi, Agustín Javier.

Mirá, me dijeron que no lo leyera..., hoy me lo aclararon, porque en sus poemas siempre menciona la muerte... ¡Pero yo lo siento un guerrero de la pluma!



Y la persona que te lo dijo, ¿de qué pretende que hablen los poetas? ¿De las flores y los pajaritos?


Hola.

Mirá, Navegante, hoy estoy segura de que quien me lo dijo jamás en su vida leyó a un poeta, ni siquiera sabe qué siente cuando se tiene la necesidad de escribir, ya sea prosa o poesía.

Y cambiando el tema, como dice Samsa, a mí también me parece un grande, además, dicen los que saben, que fue unos de los primeros poetas argentinos que se atrevió a declararse laico y con firmes ideas de izquierda, por suerte eso en este tópico no se debate y solo se disfruta o no de su obra. Dejo algo.

De pronto entró la Libertad

De pronto entró la Libertad.
Estábamos todos dormidos,
algunos bajo los árboles,
otros sobre los ríos,
algunos más entre el cemento,
otros más bajo la tierra.
De pronto entró la Libertad
con una antorcha en la mano.
Estábamos todos despiertos,
algunos con picos y palas,
otros con una pantalla verde,
algunos más entre libros,
otros más arrastrándose, solos.
De pronto entró la Libertad
con una espada en la mano.
Estábamos todos dormidos,
estábamos todos despiertos
y andaban el amor y el odio
más allá de las calaveras.
De pronto entró la Libertad,
no traía nada en la mano.
La Libertad cerró el puño.
¡Ay! Entonces...

Besos.
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lucas
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Registrado: 10 Jul 2005
Mensajes: 2134
Ubicación: Buenos Aires

MensajePublicado: Sab Jul 26, 2008 11:08    Asunto: Responder citando

samsa escribió:
Para mí siempre fue el mejor poeta del país.

Coincido.
Dejo otras de las poesías que musicalizó el Cuarteto Cedrón:

La calle del agujero en la media

Canción del prestidigitador

Milonga de la ganzua

Eche 20 centavos en la ranura

La cena

Y estos son algunos fragmentos del reportaje que le hizo el tata Cedrón:

La inglesa del caballo

Poesía
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lucas
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Registrado: 10 Jul 2005
Mensajes: 2134
Ubicación: Buenos Aires

MensajePublicado: Sab Jul 26, 2008 11:22    Asunto: Responder citando

El poeta murió al amanecer

Sin un céntimo, solo, tal como vino al mundo,
murió al fin en la plaza, frente a la inquieta feria.
Velaron el cadáver del dulce vagabundo
dos Musas: la esperanza y la miseria.
Fue un poeta completo de su vida y su obra.
Escribió versos casi celestes, casi mágicos,
de invención verdadera,
y como hombre de su tiempo que era,
también ardientes cantos y poemas civiles
de esquina y banderas.
Algunos, los más viejos, lo negaron de entrada.
Algunos, los más jóvenes, lo negaron después.
Hoy irán a su entierro cuatro buenos amigos,
los parroquianos del café,
los artistas del circo ambulante,
unos cuantos obreros,
un antiguo editor,
una hermosa mujer,
y mañana, mañana,
florecerá la tierra que caiga sobre él.
Deja muy pocas cosas, libros, un Heine, un Whitman,
un Quevedo, un Darío, un Rimbaud, un Baudelaire,
un Schiller, un Bertrand, un Bécquer, un Machado,
versos de un ser querido que se fue antes que él,
muchas cuentas impagas, un mapa, una veleta,
y una antigua fragata dentro de una botella.
Los que le vieron dicen que murió como un niño.
Para él fue la muerte como el último asombro.
Tenía una estrella muerta sobre el pecho vencido
y un pájaro en el hombro.


Raúl González Tuñón.
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navegante
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Registrado: 29 Abr 2003
Mensajes: 5371
Ubicación: La corte de los milagros

MensajePublicado: Sab Jul 26, 2008 11:39    Asunto: Responder citando

lucas escribió:

Dejo otras de las poesías que musicalizó el Cuarteto Cedrón:



Precisamente así lo conocí cuando yo tenía dieciseis años: en la voz del Tata Cedrón (recitales gratuitos de músicos populares que organizaba la Municipalidad de Buenos Aires los domingos por la mañana, en cines de barrio).
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lucas
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Registrado: 10 Jul 2005
Mensajes: 2134
Ubicación: Buenos Aires

MensajePublicado: Sab Jul 26, 2008 13:05    Asunto: Responder citando

navegante escribió:
lucas escribió:

Dejo otras de las poesías que musicalizó el Cuarteto Cedrón:



Precisamente así lo conocí cuando yo tenía dieciseis años: en la voz del Tata Cedrón (recitales gratuitos de músicos populares que organizaba la Municipalidad de Buenos Aires los domingos por la mañana, en cines de barrio).

Acá está el Tata en Boedo:

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samsa
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Registrado: 14 Nov 2003
Mensajes: 6825
Ubicación: Cuando no ando en las nubes, ando como perdido

MensajePublicado: Sab Jul 26, 2008 13:47    Asunto: Responder citando

Navegante dice, no sin aciertos, que los grandes poetas previsiblemente estarán siempre hablando de los grandes temas, y el hecho de que Raúl Gonzales Tuñón hable siempre de la muerte es precisamente lo que demuestra su grandeza.

Sin embargo, es un error garrafal considerar a Tuñon como un poeta que habla mucho de la muerte.

Tuñon casi no habla de la muerte. Es un radical, revolucionario, extremista poeta de la vida.

Toda su obra es una exaltación apasionada de la vida.
Yo diría que para Tuñón la muerte ni siquiera existe, o solamente existe cuando un guerrero muere por sus ideales, pero en Tuñón esa muerte es la inmortalidad.

Digo más: fue uno de los pioneros en hacer que la poesía hable de los temas que se consideran poco poéticos, como este poema de La calle del agujero en la media:

Los puentes. El afiche del jabón Cadum.
La mosca cautiva bajo la campana de vidrio
y el niño que juega porque el sol es bondadoso.
Vinos y licores. Comisarías. Ostras Claires y Portuguesas.
El colchonero.



En cuanto al poeta de izquierda, al poeta combativo, es cierto que fue uno de los primeros.

Tuñon fundó la revista Contra y la dirigió durante abril y septiembre de 1933.
Contra, “la revista de los franco-tiradores-, fue prohibida por las autoridades.
Fue el primer programa estético-político-colectivo del país, articulado mediante la labor periodística. Una vinculación entre la vanguardia estética y la vanguardia política.

Su ideología es el marxismo ortodoxo.
En sus poemas habla de Lenin, de la Revolución socialista, del asco que le dan los burgueses, del asco que le da la democracia, de la dictadura del proletariado: como ve, Tuñon siempre fue muy claro.
En el poema Contra, el poema de su revista, un poema censurado del libro Todos Bailan, hay frases más contundentes de lo que el decoro poético aconseja:

¡Preparémonos para tirar!
Contra los museos, las universidades,
la prensa paquidermo,
la radiotelefonía,
la academia, el teatro y el deporte burgués.
Yo arrojo este poema violento y quebrado
contra el rostro de la burguesía.




Versos como estos podrían condenar a cualquiera al olvido que merecen los que anteponen la ideología al arte, los que elaboran panfletos disfrazados de poemas.

Pero no: Tuñon siempre puso al arte en primer lugar, aunque en momentos como Contra, poemas que en definitiva nunca publicó como parte de sus libros, no podía evitar reprimir su ideología de manera “quebrada y violenta”.

El modo en el que Tuñón se convirtió en un poeta político fue un modo natural, casi hasta desprovisto de ideología: al igual que el Che, otro viajero, Tuñón llegó a la política por el camino del amor al pueblo y de la sensibilidad ante la injusticia social.

En sus primeros libros, como Violín de Diablo, no hay política: lo que hay es el colorido del pueblo, los personajes de la calle, la belleza de las escenas populares.
Hay una poesía barrial vanguardista que podría ser del estilo Evaristo Carriego si no fuera por el universalismo del poeta viajero.

Sus personajes son prostitutas, enanos, artistas de feria, inmigrantes fracasados, marineros cocainómanos, una serie de extravagantes, canallas, sarcásticos y transgresores personajes que podrían encontrarse en cualquier puerto del mundo, en cualquier bar del mundo.

Solamente en poemas de Todos Bailan sucede que Juancito Caminador, la marca de un Whisky popular, empieza a empuñar un fusil, sobre todo en los poemas de La Rosa Blindada.

Sin embargo, aún en el prólogo de La Rosa Blindada, Tuñón nos dice que jamás hay que descuidar la técnica, que jamás hay que olvidar que la política solo es un medio para mejorar la vida, es decir, hay que hacer política para la vida y no vivir para la política.

En este prologo nos dice que quiere ser un poeta revolucionario, pero en un sentido que no es meramente político-ideológico.

Ser revolucionario es ser vital, es oponerse a todo lo que implique la opresión, la injusticia, los valores de un viejo mundo que estaba suicidándose en las trincheras.

El fin del prólogo es este:

Arthur Rimbaud fue la poesía, la gran aventura poética, pero en cierto momento gritó: ¡Cambiad la vida!

La poesía más madura de Tuñón , si bien se torna algo partidista, nunca deja de conservar la frescura de su primera época.

Antes que un luchador social, Tuñon es un poeta, y por eso se ha salvado.

Incluso poemas tan contundentemente comunistas como este pueden leerse sintiendo la vibración de la vida y la excelencia estética por encima de los ideales políticos:



Tú has visto el retorno de los hombres maduros.
Tú has oído chillar a los invertidos desde el fondo de los zaguanes.
Tú has robado el éter de las farmacias y has pateado los vientres
Oh, los vientres de las mujeres que esperaban la vuelta de los hombres.
Y ellos decían –que revienten los ricos
Y ellos dcían –que se quemen las fábricas
Y ellos venían por el camino vencido
Y una muchacha me dijo: -dejemos el amor para mañana.

Yo la seguí y ella entró al local del sindicado
y sentí vergüenza por los versos que había escrito.

En las paredes los afiches gritaban al mundo.
El hombre de la bomba quedó con la mano destrozada.
Arrojaba pedazos de pulmón por la boca y tod él respiraba
y cuando estuvo muerto todo él respiraba todavía
y todos respirábamos y todos teníamos la mano destrozada
y todos echábamos pedazos de pulmón por la boca
y todos gritábamos -¡el pulmón y la mano!
y todos gritábamos -¡la dignidad humana!

Madre, me fui tras los obreros cantando.

Vamos a dar la vuelta al mundo cantando
y no queremos que Gandhi muera por nosotros
-ese hombrecito ridículo con la chiva y las oraciones-
y nos reímos de Wells y de todos los pensadores sublimes
y sólo un hombre claro y científico que respira
-oh, que respira todavía en la Plaza Roja-
nos ha de guiar hacia las grandes usinas, hacia los altos hornos,
hacia las montañas de acero,
hacia los clubs y hacia la higiene,
hacia la libertad sexual, hacia la electricidad,
hacia el petróleo y el agua, a nosotros, a nosotros,
hacia la dignidad humana.
Y una muchacha me dijo: -Pasaron hacia allá.

Y yo vi una nube de polvo luminosa en el alba, y me quedé pensando.
Quiero decir: -Me fui tras ellos.
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lucas
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Registrado: 10 Jul 2005
Mensajes: 2134
Ubicación: Buenos Aires

MensajePublicado: Sab Jul 26, 2008 14:18    Asunto: Responder citando

samsa escribió:


El fin del prólogo es este:

Arthur Rimbaud fue la poesía, la gran aventura poética, pero en cierto momento gritó: ¡Cambiad la vida!

Este es un poema que le dedico a Rimbaud:
¿...Pero por qué murió allá en Marsella,
tan cerca de la luz atrevida del muelle,
la Canabière, la sopa de pescado,
las robustas mujeres de la feria
y el viejo olor que viene de los barcos,
sin confesar donde enterró a la poesía
-como a un pájaro loco- en qué baldío,
en qué lampara pura, en que ventana,
en qué lluvia crecida con violetas?
Donde el futuro está esperando

Raúl González Tuñón

Esta es la reflexión final del reportaje que le hacía el Tata:
Reflexión
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samsa
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Registrado: 14 Nov 2003
Mensajes: 6825
Ubicación: Cuando no ando en las nubes, ando como perdido

MensajePublicado: Sab Jul 26, 2008 14:27    Asunto: Responder citando

Un poema extraordinario. Escribió muchos poemas sobre poetas: François Villon, Shelley, Pushkin, Holderlin, Victor Hugo, Becquer, Poe, Baudelaire, Emily Dckinson, Whitman, Verlaine, Ascasubi, Jack London, Brecht, etc, etc.

El poema a Hölderlin:

Preguntaba adónde se fueron
el sueño y las islas fragantes.
Un día la niebla pobló su mirada
y entoces vio, pero fue después
cuando supo que el hombre vale más.
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Agustín Javier
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Registrado: 26 Dic 2005
Mensajes: 1356

MensajePublicado: Mar Jul 29, 2008 01:32    Asunto: Responder citando

Domingo que no sabe decir su nombre

El domingo sin nombre terriblemente largo
Vuelve la serpentina que arrojo con desgano.
Este guardián de plaza que masca lejanías
Y deja escapar en la mano
Al ángel de la tarde niña de toboganes

Si zambullo en un cocktail naufrago en el hastío
Acordeón del suburbio roció caña en mi pena,
Saxofón del asfalto fue funebrero aullido
-de todos los balcones colgaron manos muertas-
Crespones de amor ausente en el domingo.
Invalidez de ocaso como ronco organito
Mi querida ciudad, y este domingo enfermo,
Tarima sin orquesta, caminos marchitados,
En que uno parece seguir siempre a un entierro.

¡Este domingo irremediablemente largo!
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Clio
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Registrado: 15 Jul 2006
Mensajes: 5735
Ubicación: Ciudad Aut. de Bs. As., Argentina

MensajePublicado: Mar Jul 29, 2008 11:56    Asunto: Responder citando

Hola.

Algunos escritos de don Raúl...

Vi la luz en el barrio del once, en el surero.
Cerca de allí nació también Julio de Caro
y escribió de la Púa sus memorables versos.
Entonces aún la luna bajaba hasta los patios
¿Era todo mejor? No lo sé. Era distinto

“El Barrio”, de A la sombra de los barrios amados, 1957. Ed. Lautaro - Buenos Aires.

El dolor mata, amigo, la vida es dura
y ya que usted no tiene ni hogar ni esposa,
si quiere ver la vida color de rosa
eche veinte centavos en la ranura…

“Eche veinte centavos en la ranura”, de El violín del diablo, 1926. Ed. Gleizer - Buenos Aires.

la multitud de todos los países que se dirigen al sur de la tierra
en busca del pan y de la muerte,
la multitud de todos los países que se dirigen al sur de la tierra
en busca de la nostalgia y el olvido,
se detiene ahí donde oasis del viento patagónico la tierra estéril
lanza sus perros amarillos.

“El cementerio patagónico”, de La Rosa Blindada. 1936. Ed. Federación Gráfica Bonaerense - Buenos Aires

Yo conozco una calle que hay en cualquier ciudad,
una calle que nadie conoce ni transita.
Sólo yo voy por ella con mi dolor desnudo,
sólo con el recuerdo de una mujer querida.
Está en un puerto. ¿Un Puerto? Yo he conocido un puerto.
Decir: Yo he conocido, es decir: Algo ha muerto.

“La calle del agujero en la media”, de La calle del agujero en la media, 1930. Ed. Gleizer - Buenos Aires.

Tenemos un hambre de perro.
Nos enloquece la fiebre roja.
Del otro lado, en la trinchera
enemiga, también están
la sed, el hambre, el sueño. Espera
tu sucio pedazo de pan…

“La pequeña brigada”, de El otro lado de la estrella. 1934. Ed. Sociedad amigos del libro Rioplatense - Montevideo.

Tú venías hacia mí y los otro seres pasaban.
No habían despertado al amor, no sabían nada
de nosotros.
De nuestro gran secreto.
Ignoraban la intimidad de nuestros abrazos voluptuosos,
la ternura de nuestra fatiga…

“Lluvia”, de Todos bailan (poemas de Juancito Caminador) 1935. Ed. Don Quijote - Azul.

Donde el carbón se junta con la sangre
y la ametralladora bailarina
lanza sus abanicos de metralla.
Donde todo termina…

“Donde todo termina”, de La Rosa Blindada, 1936. Ed. Federación Gráfica Bonaerense - Buenos Aires.

Qué muerte enamorada de su muerte!
¡Qué fusilado corazón tan vivo!
¡Qué luna de ceniza tan ardiente
en donde se desploma Federico!…


(Si aquí la muerte no es vida y poesía... —mío, obvio).

“Muerte del poeta”, de La muerte en Madrid, 1939. Ed. Feria - Buenos Aires.

Subiré al cielo,
le pondré gatillo a la luna
y desde arriba fusilaré al mundo,
suavemente
para que esto cambie de una vez.

“La luna con gatillo”, de Canciones del tercer frente (Himnos y canciones) , 1941. Ed. Problemas - Buenos Aires.

¿Veis, hermanas? Él llega. Pronto, tended la mesa.
No, no se ha ido, no. ¿No es eterna la espuma?
¿Las gaviotas perdidas, el otoño, la bruma?
He aquí, precisamente, a Enrique que regresa.

“Enrique González Tuñón” de Hay alguien que está esperando (el penúltimo viaje de Juancito Caminador) , 1952. Ed. Carabelas - Buenos Aires.

La nostalgia es la cita azul con el pasado
y una forma del sueño.
Esa corriente oculta y silenciosa
que se opone al olvido con decoro.
Es el domingo triste del recuerdo.
y la suave saudade de lo que un claro día
fue tocante, entrañable.
De lo que hubo hondo y bello
entre tantas cosas…
No sólo es el pasado,
tiene intención de futuro.
Adivina, espera
aquello que mañana no afeará la vida.

“Elogio de la nostalgia”, de Poemas para el atril de una pianola, 1965. Ed. Horizonte - Buenos Aires.

Besos.
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