Registrado: 26 Dic 2001 Mensajes: 4203 Ubicación: Argentina
Publicado: Mar Mar 02, 2010 00:25Asunto:
Si, los tenía en cassette.
Qué buenos los videos y música que dejaste. Esa de Dorotea la cautiva, qué linda. Y Juana Azurduy también, trepidante! Hacía años que no las escuchaba.
es raro pero el tema de Dorotea siempre lo asocio con esa suerte de pieza autobiografica de Borges 'Historia del guerrero y la cautiva'...
(...)era un relato que le oí alguna vez a mi abuela inglesa, que ha muerto.
En 1872 mi abuelo Borges era jefe de las fronteras Norte y Oeste de Buenos Aires y Sur de Santa Fe. La comandancia estaba en Junín; más allá, a cuatro o cinco leguas uno de otro, la cadena de los fortines; más allá, lo que se denominaba entonces la Pampa y también Tierra Adentro. Alguna vez, entre maravillada y burlona, mi abuela comentó su destino de inglesa desterrada a ese fin del mundo; le dijeron que no era la única y le señalaron, meses después, una muchacha india que atravesaba lentamente la plaza. Vestía dos mantas coloradas e iba descalza; sus crenchas eran rubias. Un soldado le dijo que otra inglesa quería hablar con ella. La mujer asintió; entró en la comandancia sin temor, pero no sin recelo. En la cobriza cara, pintarrajeada de colores feroces, los ojos eran de ese azul desganado que los ingleses llaman gris. El cuerpo era ligero, como de cierva; las manos, fuertes y huesudas. Venía del desierto, de Tierra Adentro, y todo parecía quedarle chico: las puertas, las paredes, los muebles.
Quizá las dos mujeres por un instante se sintieron hermanas; estaban lejos de su isla querida y en un increíble país. Mi abuela enunció alguna pregunta; la otra le respondió con dificultad, buscando las palabras y repitiéndolas, como asombrada de un antiguo sabor. Haría quince años que no hablaba el idioma natal y no le era fácil recuperarlo. Dijo que era de Yorkshire, que sus padres emigraron a Buenos Aires, que los había perdido en un malón, que la habían llevado los indios y que ahora era mujer de un capitanejo, a quien ya había dado dos hijos y que era muy valiente. Eso lo fue diciendo en un inglés rústico, entreverado de araucano o de pampa, y detrás del relato se vislumbraba una vida feral: los toldos de cuero de caballo, las hogueras de estiércol, los festines de carne chamuscada o de vísceras crudas, las sigilosas marchas al alba; el asalto de los corrales, el alarido y el saqueo, la guerra, el caudaloso arreo de las haciendas por jinetes desnudos, la poligamia, la hediondez y la magia. A esa barbarie se había rebajado una inglesa. Movida por la lástima y el escándalo, mi abuela la exhortó a no volver. Juró ampararla, juró rescatar a sus hijos. La otra le contestó que era feliz y volvió, esa noche, al desierto. Francisco Borges moriría poco después, en la revolución del 74; quizá mi abuela, entonces, pudo percibir en la otra mujer, también arrebatada y transformada por este continente implacable, un espejo monstruoso de su destino...
Todos los años, la india rubia solía llegar a las pulperías de Junín, o del Fuerte Lavalle, en procura de baratijas y «vicios»; no apareció, desde la conversación con mi abuela. Sin embargo, se vieron otra vez. Mi abuela había salido a cazar; en un rancho, cerca de los bañados, un hombre degollaba una oveja. Como en un sueño, pasó la india a caballo. Se tiró al suelo y bebió la sangre caliente. No sé si lo hizo porque ya no podía obrar de otro modo, o como un desafío y un signo(...)
(Fragmento de la película Invasión de 1969 dirigida por Hugo Santiago Muchnik, con argumento de Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares.)
para los otros la fiebre
y el sudor de la agonia
y para mi cuatro balas
cuando este clareando el dia
manuel flores va a morir
eso es moneda corriente
morir es una costumbre
que sabe tener la gente
mañana vendra la bala
y con la bala el olvido
lo dijo el sabio merlin
morir es haber nacido
y sin embargo me cuesta
decirle adios a la vida
esa cosa tan de siempre
tan dulce y tan conocida
miro en el alba mi mano
miro en la mano las venas
con estrañeza las miro
como si fueran ajenas
cuantas cosas estos ojos
en su camino habrán visto
quien sabe lo que veran
despues que me juzgue cristo
para los otros la fiebre
y el sudor de la agonia
y para mi cuatro balas
cuando este clareando el dia...
Registrado: 26 Dic 2001 Mensajes: 4203 Ubicación: Argentina
Publicado: Jue Mar 04, 2010 23:30Asunto:
Excelente todo. Las lineas finales del texto de Borges me retrotrajeron a Saer y El entenado y las escenas de canibalismo alli descriptas. Me animaria a recomendarte su lectura si es que no lo hiciste. Me gusto muchisimo esa novela.
me deja un pie fenomenal, mi 'astroreyna', pa' decirle una frase del susodicho (o tuyodicho???) esa de la que tal vez abusaba un tanto y que era parte de su rubrica: disculpeme la ignorancia... y es que yo he leido poco (muy poco para mi desdicha) mas alla de la ficcion (ciencia ficcion, esa porqueria, vio?); tempus fugit y yo siempre ando persiguiendo nubes...
pero lo intentare... cross my heart
toro mata y toro mata
toro mata rumbambero
ay toro mata
toro toro
toro mata y toro mata
toro mata rumbambero
ay toro mata
toro toro
la color no le permite
hacer el quite a Pititi
ay! toro mata
toro toro
toro mata y toro mata
toro mata rumbambero
ay toro mata
toro toro
toro mata y toro mata
toro mata rumbambero
ay toro mata
toro toro
toro viejo se murio
mañana comemos carne
ay toro mata
toro toro
toro mata y toro mata
toro mata rumbambero
ay toro mata
toro toro
toro mata y toro mata
toro mata rumbambero
ay toro mata
toro toro
ay Laponde ponde ponde
ay Laponde
este negro no es de aqui
cara cra cra cra cra
este negro es de Acari
cara cra cra cra cra
hay que matar este negro
ay Laponde
hay que matar todos los negros
ay Laponde
a tos' los negros menos a mi!
toro mata y toro mata
toro mata rumbambero
ay toro mata
toro toro
toro mata y toro mata
toro mata rumbambero
ay toro mata
toro toro
(...)Caitro Soto recopilo este Toro mata en Cañete (Peru), eso lo señaló en su libro De cajon:"Hay también un Toro mata que es anterior, es recopilación de la señora Rosa Ayarza de Morales. "hacerle el quite" es sacarle la suerte al toro, pero por ser negro le quitan mérito y decían que "la color no le permite". "Lapondé" era un tambo al que se iba después de la corrida, una vez allí encontraron a un negro que se había venido de Acarí, y fue a parar al valle de Cañete" (...)